El "grupo de amigos de Victoria" y los cambios en Europa (p. I)

(Parte I) CONTEXTO:
Si observamos, cada grupo de gente representa a la época de la cual es producto. Así pues, no es lo mismo la generación de los llamados milennials, "generación Z" o los llamados baby boomers. Cada generación irá marcada por un acontecimiento histórico que marcará el devenir del pensamiento y del modo de actuar de estas gentes; milennials, el inicio de la digitalización, los baby boomers, la relativa "paz" política y la explosión demográfica, o la "generación Z" marcada por la expansión masiva de internet. 
Y cuento esto para darnos cuenta que las generaciones del pasado no se diferencian en nada a las nuestras. Y en el Renacimiento, menos todavía. Primero, hay que ponerse en contexto.
En Europa, desde el final del Imperio Romano hasta la época que nos atañe, irá marcada bajo un perfil que no es nada desdeñable: la religión. 
Evidentemente, este no era el único, pero sí de los más importantes, y por ello el que más marcó el sino de aquellos que habitaron por sus siglos. La Edad Moderna, por ejemplo, que es la época que voy brevemente a explicar, también vendría marcada por un giro espectacular de la sociedad: la llegada de lo que hoy conoceríamos como "El Estado moderno", el inicio de la política, así como la llegada de la moneda y la "globalización" tal y como podríamos entenderla hoy en día (sin la velocidad de hoy, claro está) 
Pero, aunque no lo crean, la religión siguió teniendo un peso importante, y por ello, no es casualidad que también este periodo estuviese marcado por algo llamado "La Reforma" o las "Guerras de Religión"
La religión (El Cristianismo, en este caso)  seguía importando ¡y mucho!, solo que había pasado de su presencia en pequeños estados feudales en la Edad Media, a su clara imposición en grandes estados modernos. Los otomanos en Oriente, los protestantes en el centro de Europa, o las religiones periféricas a las que se enfrentaban los misioneros portuqueses y españoles al llegar a nuevas costas, son el reflejo de un esfuerzo (y no pequeño) por querer preservar uno de los considerados baluartes de la sociedad europea: la fe católica. 
Pero claro, la fe católica, por aquellos años, no mostraba la cara más amable de su representación mundana. 
Como he mencionado antes, en la Edad Moderna irrumpe una nueva forma de organizar el espacio, "civil", la política. Pero, a su vez, la religión persistía con fuerza en todas las capas sociales. Es el momento en donde no la Fe, sino el Papado y los llamados príncipes de la Iglesia, empiezan a querer probar aquello del "poder" (Total, era algo nuevo, ¿por qué no?) Al verse beneficiados tan rápidamente (hablamos de la posesión de un poder terrenal, además del "celestial") el poder les valió para la perdición de muchos, y por ende, para la fuerza de la fe católica. 
La Iglesia vivía, podríamos decir, con un pie en sus antiguas convicciones (humildad, servicio al desvalido y caridad) a la vez que otro pie pisaba con fuerza en el lado de la política (hablamos de la abusiva, por supuesto) ansias de poder y ambición: si un jesuíta moría de hambre en Japón para demostrar la humildad de Cristo, un cardenal en Roma se ponía malo de gota. Una ambivalencia que no pasó desapercibida a los creyentes de por aquel entonces: Ni a un tal Martín Lutero, ni a un estudioso y ferviente católico Juan Calvino, ni a una mujer ilustrada como Victoria Colonna. 
No solo a ella, el Humanismo vino marcado por un rosario de pensadores y filósofos que, por supuesto, debatían sobre aquello de "qué hacemos con la Iglesia Católica" Porque, claro, queridos lectores, si hablamos de que el pilar fundamental de la sociedad europea empieza a desmoronarse, los europeos dicen "¿en qué estamos creyendo?" o más bien "¿Cuál es nuestro modo de creer en esto?
Es por ello por lo que se empiezan a mostrar nuevas formas o alternativas para creer o vivir la fe, que, ahora, por supuesto, tendría otros nombres: "luteranos" "calvinistas" "anglicanismo" Unos nombres de marcado carácter regional, si nos fijamos...
Pues bien, no todos fueron tan extremistas. Estas doctrinas que acabo de mencionar son las más fáciles de citar, las evidentes. Pero la Iglesia no solo empezó a fragmentarse, sino que también comenzó a cuestionarse a sí misma (un signo de salud, por otro lado). Hablamos de lo que algunos estudiosos tratan como la "Reforma Intracatólica". Sobretodo, estos movimientos tuvieron lugar en Italia y España donde, no se seguía a pies juntillas todo lo que dijera la Iglesia, si no que, precisamente, por ser donde la fe católica se mostraba con más raigambre, esa misma profundidad generó la preocupación e incertidumbre necesaria de cuando "el becerro de oro" comienza a desmoronarse. Muchos fueron los que en este sentido participaron en intensos debates: Pico della Mirandola, Jacobo Sadoleto, los cardenales Pole y Cervino (que además estuvieron presentes como presidentes en el primer periodo de sesiones del Concilio de Trento)
Estos debates no pasarían desapercibidos ni para la Historia ni para el humanismo. Se trata del evangelismo o del paulinismo, cuyas características básicas podríamos mencionar: el abandono del lenguaje de la escolástica a la hora de interpretar las Sagradas Escrituras, la conciencia de la "limitada posibilidad de la teología", la predilección por San Pablo y por su doctrina de la justificación (Lortz, 1982) . Estos movimientos, considerados puramente católicos o también "protestanizantes" fue en donde se sumergió la mayoría de intelectuales y creyentes de la fe católica en la Italia del Renacimiento. Entre ellos, estaría nuestro personaje, y con ella, todo el carácter y la forma de toda una generación de intelectuales...

- El "grupo de amigos" de Victoria y los cambios en Europa (p.II)  


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